SOBRE LA HIGIENE DE LAS MANOS

Con esto de la dichosa gripe porcina, el SESPA se ha obsesionado, yo creo que demasiado, con esto del lavado de manos. Estamos poniendo carteles en los centros de una campaña en la que se insiste en el correcto lavado de manos.

Cierto es que la higiene es fundamental para evitar contagios en resfriados y gripes, es el procedimiento más importante y eficaz para la prevención y control de las infecciones.
En el cuidado de personas enfermas las manos constituyen un vehículo de transmisión de agentes patógenos, ya sea por contacto directo de persona a persona, o indirecto a través de objetos contaminados previamente, que posteriormente pueden contaminar al paciente.
Por eso suelen decir que, aparte de lavarse las manos con frecuencia, hay que evitar el contacto con los ojos y la boca. Es la primera y fundamental medida para evitar contagios, reducir la incidencia de las infecciones y evitar la propagación de los microorganismos patógenos.
Pero se olvidan mucho del uso de mascarillas; aquí nadie habla de ellas, son la principal vía de protección de las vías respiratorias. De hecho, cuando un paciente tiene tuberculosis, una enfermedad mucho más contagiosa y complicada que la gripe, la mascarilla se hace imprescindible en el aislamiento, ya que en muchas ocasiones requieren ingreso hospitalario para el tratamiento. Cuando eso ocurre, el protocolo dice que tanto el personal como las visitas, que están restringidas, deben entrar en la habitación del enfermo, generalmente individual, con bata desechable, guantes y mascarilla.

También en estos casos se insiste en el lavado de manos, que en el caso del personal sanitario tiene una técnica más rigurosa que ahora me parece interesante dar a conocer a la población. Yo aprovecho para insistir en que se debe lavar uno las manos ante cualquier infección, no sólo respiratoria, sino también intestinal, por ejemplo, o de una herida.

Con agua y jabón. Su mecanismo de acción se basa en la “eliminación mecánica”. El jabón actúa suspendiendo los microorganismos y favoreciendo el arrastre por el agua. Ya sé que la técnica parece muy elemental "y que todo el mundo sabe", pero luego resulta que el nivel de cumplimiento de las normas de higiene de las manos es muy bajo. Creo que es algo achacable a que la técnica que tenemos todos asimilada y aprendida es incorrecta, por lo que hay que insistir en detalles...fijaos bien:

• Pasos de la técnica:
  • Quitar los anillos, relojes, joyas, etc.
  • Subir las mangas.
  • Mojar las manos y muñecas.
  • Aplicar una cantidad suficiente de jabón.
  • Friccionar toda la superficie de la mano mediante una acción mecánica y vigorosa de frotación con agua y jabón, cubriéndolas con espuma durante un mínimo de diez segundos. Se lavará hasta la altura de las muñecas con movimientos de rotación y fricción, haciendo especial hincapié en los espacios interdigitales y las uñas (frotar con un cepillo si es necesario).Luego con los dedos de una mano frotar la palma de la otra mano, a continuación frotar el dorso de las manos y entrelazar los dedos, frotando bien los espacios interdigitales y posteriormente frotar las puntas de los dedos de una mano con movimientos de rotación sobre la palma de la otra mano. Por último frotar también con movimientos de rotación los pulgares sobre la palma de la otra mano.
  • Aclarar las manos debajo del chorro de agua con las puntas de los dedos hacia abajo.
  • Secar las manos con toallas de papel.
  • Cerrar el grifo utilizando una toalla de papel de un solo uso.

  Todo el proceso dura aproximadamente 1 minuto.

Como véis, no es tan complicado, pero es extremadamente importante que lo tengáis en cuenta y recalquéis aquéllos detalles de la técnica que desconocíais y os han sorprendido.
Esta vez hay excusa. Esta vez cierto es que la gripe porcina se contagia más fácilmente que la gripe convencional.