Menudo protagonista el de hoy ¿verdad? En fin,...
El motivo es que anoche, hablando con mi mejor amiga de la infancia, ésta me contaba que la otra mosquetera, es decir, la amiga que completaba el triángulo de nuestros juegos, está atravesando una fuerte depresión desde este verano pasado. Lo cual, como es lógico, nos preocupa a ambas porque ella no nos dijo nada y nos enteramos ambas por su madre. Pero el motivo central de este post es intentar reflexionar sobre el tema con algo de profundidad, sobre todo porque encuentro motivos para que mi querida amiga lo sufra, ya que tiene una personalidad muy particular, verdaderamente solitaria e introvertida, casi antisocial. Eso, unido a diferentes motivos, hace que tenga más predisposición y algo más de dificultad para superarla.
Hay un porcentaje muy elevado de poblacion que padece depresión, causando importantes problemas personales y psicosociales en el paciente. Eso creo que ya lo sabe todo el mundo, dadas las informaciones que los medios de comunicación dan cada cierto tiempo. Por eso me parece un tema importante, porque cada vez hay más familias que lo sufren por muy diferentes causas.
La información que aquí sigue proviene de mi fuente principal de consulta en estos casos, en su apartado "Información y consejos para pacientes". Aunque en este caso me he molestado en consultar otras fuentes algo más especializadas para cercionarme de que es información más que fiable.
¿Qué es la depresión?
La depresión es una enfermedad que altera de forma intensa los sentimientos y los pensamientos. La forma más frecuente de manifestarse es como tristeza, decaimiento, sensación de ser incapaz de afrontar las actividades y retos diarios, y la perdida de interés en actividades que previamente resultaban placenteras.¿Cuáles son sus síntomas?
El síntoma más característico es la tristeza. A lo largo de la vida podemos experimentar tristeza o desgana, especialmente cuando sufrimos una pérdida importante. Sin embargo, la tristeza y la desgana en la depresión son inapropiadas o excesivamente intensas y prolongadas.
El llanto no suele aliviar la tristeza en una persona deprimida, y en ocasiones le es imposible llorar, por estar el paciente vacío de emociones. Otros síntomas que pueden aparecer son:
* Pérdida de energía con sensación de agotamiento incluso tras el descanso.
* Enlentecimiento mental y dificultad para prestar atención, con falta de memoria. En los ancianos, puede provocar un estado de confusión llegando a aparentar una demencia.
* Ansiedad con irritabilidad o agitación.
* Cambios en el sueño con somnolencia, o más frecuentemente, insomnio.
* Disminución de peso por pérdida de apetito, o aumento del mismo por sensación de vacío causada por la ansiedad.
* Con frecuencia, las personas con depresión se quejan de síntomas como dolor de cabeza o de otras zonas, problemas digestivos o sexuales. Es muy frecuente la inapetencia sexual, que puede dificultar las relaciones de pareja.
Todos estos síntomas causan sentimientos de inutilidad y culpa. El paciente, que no comprende lo que le pasa, se siente responsable de lo que le ocurre. La vida pasa a verse como desagradable, vacía y carente de interés. Muchos pacientes ven la muerte como un alivio de su sufrimiento y piensan con frecuencia en ella y, en algunos casos, en el suicidio. Estas ideas no son propias de la forma de pensar del paciente, sino que se deben al trastorno que produce la depresión y desaparecen cuando el tratamiento funciona. Por ello, no se deben tomar decisiones importantes mientras no mejore la depresión.
Los síntomas pueden ser más difíciles de identificar en los casos de depresiones en niños y en ancianos. En el primer caso, debe de prestarse especial atención al cambio de carácter del niño, alteraciones del sueño, bajo rendimiento escolar, o rechazo para participar en actividades que le resultaban atractivas.
En los ancianos, debe de tenerse especial cuidado en valorar la posibilidad de que un componente depresivo esté precipitando o confundiéndose con los síntomas de demencia senil o Alzheimer, en cuyo caso, el tratamiento adecuado de la depresión, puede mejorar notablemente su situación.
¿Cuál es la causa la depresión?
En muchos casos, no se encuentra una causa para la depresión, y aparece por una alteración del funcionamiento del cerebro. Los factores que pueden favorecer o precipitar la aparición de una depresión son:
* Antecedentes familiares: En algunas personas puede haber una predisposición genética, existiendo antecedentes familiares que aumentan la probabilidad de padecerla.
* Las mujeres sufren con mayor frecuencia depresiones que los hombres.
* En algunos casos, es desencadenada por situaciones personales, cambios o circunstancias estresantes en el trabajo (paro, cambio de trabajo, pérdida de trabajo…), divorcio, jubilación, por la pérdida de un ser querido o de bienes, o con cambios repentinos de formas de vida (pérdidas económicas, pobreza…).
* Algunas mujeres la presentan tras el parto por cambios hormonales. Es la denominada depresión posparto.
* A veces una enfermedad física (cáncer, diabetes, enfermedades cardiacas, Parkinson, trastornos de la alimentación, trombosis, Alzheimer…) o la toma de ciertos medicamentos, hacen que aparezca.
* El consumo de alcohol y de drogas favorece la aparición de depresiones.
* Existen algunas personas que presentan síntomas de depresión, de forma recurrente en las mismas épocas todos los años, especialmente en zonas con gran diferencia de luz entre verano e invierno.
¿Cómo se trata?
Actualmente disponemos de medicamentos muy eficaces. Los tratamientos actúan regulando las substancias alteradas en el funcionamiento del cerebro, y por tanto, corrigiendo el problema en su origen. Estos medicamentos, llamados antidepresivos, no cambian el modo de ser de la persona, sino que permiten que vuelva a ser como era antes de padecer la enfermedad. No impiden a la persona sentir emociones y no producen dependencia.
Muchos de ellos tienen muy pocos efectos secundarios y son muy seguros, pudiendo tomarse incluso de forma permanente en los casos que es necesario. Al disponer de muchos tipos, es preciso elegir el más útil en función de los síntomas de cada persona y la dosis más idónea.
La mejoría tarda en aparecer por lo menos tres semanas y, durante este tiempo, es cuando pueden producir molestias como sequedad de boca, dolor de cabeza o malestar de estómago. Estos síntomas no suelen tener gravedad y ceden al continuar con el tratamiento.
Suelen ser eficaces en casi 3 de cada 4 pacientes y, si no funciona el primero, otro diferente puede conseguir la mejoría. Pero para ello, es imprescindible tomar la medicación como fue prescrita. La causa más frecuente de fallo es la toma irregular del tratamiento. Tomar largo tiempo una medicina sabemos que es difícil, y en la depresión, la duración del tratamiento debe ser superior a seis meses, pero es esencial para conseguir una recuperación plena y evitar recaídas.
En ocasiones, se asocian otros medicamentos al principio para tratar síntomas como la ansiedad o el insomnio.
¿Durante cuánto tiempo debe de mantenerse el tratamiento?
La duración del tratamiento antidepresivo depende de la depresión, pero en general debe de ser superior a seis meses, manteniéndolo hasta que el médico tiene ciertas garantías de que no reaparecerá al suspenderla.
Otras recomendaciones para afrontar la depresión son:
La psicoterapia puede ser de gran ayuda, sobre todo cuando la depresión se desencadenó por una causa concreta, y como ayuda en la recuperación.
Una relación de confianza entre el paciente y su médico es esencial.
Para la familia puede resultar difícil comprender que lo que le ocurre al paciente es una enfermedad, y que es la causante de su incapacidad para disfrutar de actividades que antes le resultaban placenteras, y ahora le resultan desagradables. Es perjudicial forzarle para que las realice antes de que por su mejoría, se sienta capaz.
No se debe de beber bebidas alcohólicas (incluida cerveza y vino) mientras se toma medicación antidepresiva, porque el alcohol puede tener un efecto negativo en el organismo.
Es recomendable hacer ejercicio físico, mejora el estado del paciente, especialmente si se realiza en compañía, bien haciendo deporte 3-4 veces a la semana (bicicleta, fútbol, tenis, natación…), bien paseando a ritmo de marcha.
La depresión es una enfermedad que altera de forma intensa los sentimientos y los pensamientos. La forma más frecuente de manifestarse es como tristeza, decaimiento, sensación de ser incapaz de afrontar las actividades y retos diarios, y la perdida de interés en actividades que previamente resultaban placenteras.¿Cuáles son sus síntomas?
El síntoma más característico es la tristeza. A lo largo de la vida podemos experimentar tristeza o desgana, especialmente cuando sufrimos una pérdida importante. Sin embargo, la tristeza y la desgana en la depresión son inapropiadas o excesivamente intensas y prolongadas.
El llanto no suele aliviar la tristeza en una persona deprimida, y en ocasiones le es imposible llorar, por estar el paciente vacío de emociones. Otros síntomas que pueden aparecer son:
* Pérdida de energía con sensación de agotamiento incluso tras el descanso.
* Enlentecimiento mental y dificultad para prestar atención, con falta de memoria. En los ancianos, puede provocar un estado de confusión llegando a aparentar una demencia.
* Ansiedad con irritabilidad o agitación.
* Cambios en el sueño con somnolencia, o más frecuentemente, insomnio.
* Disminución de peso por pérdida de apetito, o aumento del mismo por sensación de vacío causada por la ansiedad.
* Con frecuencia, las personas con depresión se quejan de síntomas como dolor de cabeza o de otras zonas, problemas digestivos o sexuales. Es muy frecuente la inapetencia sexual, que puede dificultar las relaciones de pareja.
Todos estos síntomas causan sentimientos de inutilidad y culpa. El paciente, que no comprende lo que le pasa, se siente responsable de lo que le ocurre. La vida pasa a verse como desagradable, vacía y carente de interés. Muchos pacientes ven la muerte como un alivio de su sufrimiento y piensan con frecuencia en ella y, en algunos casos, en el suicidio. Estas ideas no son propias de la forma de pensar del paciente, sino que se deben al trastorno que produce la depresión y desaparecen cuando el tratamiento funciona. Por ello, no se deben tomar decisiones importantes mientras no mejore la depresión.
Los síntomas pueden ser más difíciles de identificar en los casos de depresiones en niños y en ancianos. En el primer caso, debe de prestarse especial atención al cambio de carácter del niño, alteraciones del sueño, bajo rendimiento escolar, o rechazo para participar en actividades que le resultaban atractivas.
En los ancianos, debe de tenerse especial cuidado en valorar la posibilidad de que un componente depresivo esté precipitando o confundiéndose con los síntomas de demencia senil o Alzheimer, en cuyo caso, el tratamiento adecuado de la depresión, puede mejorar notablemente su situación.
¿Cuál es la causa la depresión?
En muchos casos, no se encuentra una causa para la depresión, y aparece por una alteración del funcionamiento del cerebro. Los factores que pueden favorecer o precipitar la aparición de una depresión son:
* Antecedentes familiares: En algunas personas puede haber una predisposición genética, existiendo antecedentes familiares que aumentan la probabilidad de padecerla.
* Las mujeres sufren con mayor frecuencia depresiones que los hombres.
* En algunos casos, es desencadenada por situaciones personales, cambios o circunstancias estresantes en el trabajo (paro, cambio de trabajo, pérdida de trabajo…), divorcio, jubilación, por la pérdida de un ser querido o de bienes, o con cambios repentinos de formas de vida (pérdidas económicas, pobreza…).
* Algunas mujeres la presentan tras el parto por cambios hormonales. Es la denominada depresión posparto.
* A veces una enfermedad física (cáncer, diabetes, enfermedades cardiacas, Parkinson, trastornos de la alimentación, trombosis, Alzheimer…) o la toma de ciertos medicamentos, hacen que aparezca.
* El consumo de alcohol y de drogas favorece la aparición de depresiones.
* Existen algunas personas que presentan síntomas de depresión, de forma recurrente en las mismas épocas todos los años, especialmente en zonas con gran diferencia de luz entre verano e invierno.
¿Cómo se trata?
Actualmente disponemos de medicamentos muy eficaces. Los tratamientos actúan regulando las substancias alteradas en el funcionamiento del cerebro, y por tanto, corrigiendo el problema en su origen. Estos medicamentos, llamados antidepresivos, no cambian el modo de ser de la persona, sino que permiten que vuelva a ser como era antes de padecer la enfermedad. No impiden a la persona sentir emociones y no producen dependencia.
Muchos de ellos tienen muy pocos efectos secundarios y son muy seguros, pudiendo tomarse incluso de forma permanente en los casos que es necesario. Al disponer de muchos tipos, es preciso elegir el más útil en función de los síntomas de cada persona y la dosis más idónea.
La mejoría tarda en aparecer por lo menos tres semanas y, durante este tiempo, es cuando pueden producir molestias como sequedad de boca, dolor de cabeza o malestar de estómago. Estos síntomas no suelen tener gravedad y ceden al continuar con el tratamiento.
Suelen ser eficaces en casi 3 de cada 4 pacientes y, si no funciona el primero, otro diferente puede conseguir la mejoría. Pero para ello, es imprescindible tomar la medicación como fue prescrita. La causa más frecuente de fallo es la toma irregular del tratamiento. Tomar largo tiempo una medicina sabemos que es difícil, y en la depresión, la duración del tratamiento debe ser superior a seis meses, pero es esencial para conseguir una recuperación plena y evitar recaídas.
En ocasiones, se asocian otros medicamentos al principio para tratar síntomas como la ansiedad o el insomnio.
¿Durante cuánto tiempo debe de mantenerse el tratamiento?
La duración del tratamiento antidepresivo depende de la depresión, pero en general debe de ser superior a seis meses, manteniéndolo hasta que el médico tiene ciertas garantías de que no reaparecerá al suspenderla.
Otras recomendaciones para afrontar la depresión son:
La psicoterapia puede ser de gran ayuda, sobre todo cuando la depresión se desencadenó por una causa concreta, y como ayuda en la recuperación.
Una relación de confianza entre el paciente y su médico es esencial.
Para la familia puede resultar difícil comprender que lo que le ocurre al paciente es una enfermedad, y que es la causante de su incapacidad para disfrutar de actividades que antes le resultaban placenteras, y ahora le resultan desagradables. Es perjudicial forzarle para que las realice antes de que por su mejoría, se sienta capaz.
No se debe de beber bebidas alcohólicas (incluida cerveza y vino) mientras se toma medicación antidepresiva, porque el alcohol puede tener un efecto negativo en el organismo.
Es recomendable hacer ejercicio físico, mejora el estado del paciente, especialmente si se realiza en compañía, bien haciendo deporte 3-4 veces a la semana (bicicleta, fútbol, tenis, natación…), bien paseando a ritmo de marcha.
11 comentarios:
Pues al hilo de las últimas entradas, tengo todo un libro sobre "herramientas alimenticias" (osea, piños) bastante decente; Lo escribí para pacientes, hace 16 años, pero es bastante pesadote, por no decir infumable. Sin embargo, para sanitarios, es fenomenal. Está en word, ocupa poco, le faltan los dibujitos, puedo mandarlo a quien me lo pida (son 200 páginas, aviso)
En definitiva, ¿de qué va tu libro?¿Es que eres colega de Tordon?
¿Y qué tiene que ver con mis últimas entradas? ¿Es sobre algo de salud?
Me interesa, aunque el tema de los piños es de los dentistas,no mío.
Uff, la depresión... conozco una persona que lleva toda su vida así, con muchos altibajos, quizás mas bajos que altos, la cuestión es que acaba siendo físico, que las neuronas no se comunican y no se liberan las encimas de la alegría, y eso pasa factura a muchos niveles.
Quién no ha tenido un momento de tristeza? pero qué chungo ha de ser, estar constantemente triste, sin ganas. Yo por mi personalidad, no lo concibo, epro creo que sí lo comprendo, pues lo vivo muy cerca. En este caso, a veces creo que no quiere curarse, que le gusta vivir en ese estado de autocompasión constante, y quizá estoy siendo egoísta, pero ya no sé que hacer, nunca está conforme, todo le parece mal, te busca hasta que te encuentra y cada vez es más complicada la relación, porque son muy pocos los momentos en que está, por lo menos normal, ni bien ni mal.... Es muy chunga la depresión, sí, doy fe.
Sí, nena, lo es. Hay gente que, efectivamente, no quiere curarse por diversas razones, y ese estado de tristeza continuo claro que pasa factura a los de alrededor, como es lógico.
En el caso de mi amiga, por desgracia, parece ser que si no mejora la situación, debe empezar terapia de grupo con su familia. Su madre siempre ha sido algo exagerada, pero es muy difícil de calibrar la situación de forma adecuada si no la tengo enfrente.
Es una situación complicada, porque, como dices, da lugar a importantes enfermedades físicas, incluso la muerte por "inanición mental", porque se consumen de tal manera que buscar una salida es extremadamente difícil, por no decir imposible, si no pone todo de su parte para mejorar.
Para algunos, el castigo es vivir. Enfermedad del alma, que le llaman. Cuando todo falla, quedan terapias válidas: constelaciones familiares por ejemplo y otras muchas complementarias. Las regresiones también pueden ayudar, pero hay que fiarse un poco del terapeuta.
Efectivamente, Tordón y yo toreamos con las mismas artes.
De salud va el tema. Y aunque empiezo con los piños en mi libro, acabo también metiéndome con el pensamiento y la sociedad.
Pele Ón, definitivamente tu libro me gustará seguro, aunque lo mío no son los piños precisamente.
En cualquier caso, yo ya he sufrido lo mío debido a los piños (parece que tienen más memoria que yo, los jodíos) y es un tema en el que me he vuelto especialmente quisquillosa conmigo misma.
Miraré a ver si tienes email de contacto.Pa mi 100 páginas no son na.
Aún hoy sale en el periódico la gran cantidad de bajas laborales que hay debido a la depresión y la ansiedad. Son los transtornos que más causan baja en los trabajadores, según un estudio de sindicatos y empresarios.
Es algo que se ve a diario, por lo menos en mi ámbito creo que es la causa más frecuente de incapacidad temporal.De ahí su importancia...
Si no fuera por lo de la pérdida del apetito, yo juraría que estoy deprimido...
¿ O será "refalfio"?
Bss
El tema de la depresión lo viví desgraciadamente demasiado de cerca. Aunque sólo era un niño cuando ocurrió a una persona tremendamente querida para mí, me daba de sobra cuenta de que ésta se pasaba el día sin más ganas que las de estar tumbada llorando. Posteriormente, me contó (cosa que yo ni recordaba) que yo le estaba continuamente preguntando si estaba ya bien... hasta eso molesta a una persona con depresión. No se sentía con ganas de nada, la tristeza era su forma de vida y lo peor de todo: no sabía por qué estaba así, con lo que no se podía atacar el problema por ahí. Finalmente esa persona salió sola del agujero, sin más... convenciéndose de que no podía seguir así, que su vida tenía que ser más que eso y que sin ella, todos sus seres queridos se derrumbarían... si uno mismo no pone de su parte, es casi imposible salir.
Eso sí, aprovecho para decirle a mi cariñín que de las bajas laborales por este tema, más de la mitad son puro teatro... una lástima, sobre todo para aquellos que de verdad lo sufren y ven su enfermedad en entredicho.
Lo sé de sobra mi amado Kent, hay veces que es una mera excusa, pero otras no.
Pero para el que la vive y los que le rodean es tremendamente difícil porque normalmente no la afrontan como debería, y en muchas ocasiones ni siquiera los familiares saben cómo tratar al paciente, comprensible por otra parte.
Querido Tordon, espero que no estés hablando en serio. Yo creo más bien que tienes depresión post-vacacional...te lo has pasao pipa dos semanas y no quieres volver al curro, como es lógico.
Pero no te queda otra nene, la vida es así, hay que ganarse el pan de alguna manera ¿no crees?
Saludos afectuosos para tí, y muy amorosos para mi Kent, al que quiero con locura.
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